Condenados al infierno

Lo escribe Xavier Horcajo en lanacion.es. Merece la pena echarle un vistazo:

Al infierno nos vamos a ir. Seguro. No merecemos otra cosa. Los ayuntamientos democráticos de mi país llamados de urgencia a activar proyectos públicos de inversión para reducir el paro proponen: pistas de motocross, pistas de monopatines, áreas para hacer volar aviones de modelismo, parques de recuerdo a Chanquete y pistas de escaléxtric… ¿Alguna idea mejor? Estamos perdidos; sólo falta construir juegos reunidos Geiper de hormigón. La crisis entendida por Rodríguez Zapatero nos lleva a destinar 8.000 millones de euros a parques en los que perder el tiempo cuando nos quedemos en el paro…”c’est genial!”.

Sigo. Rajoy pide a los empresarios de las nuevas tecnologías ideas y “papers” para mejorar la comunicación de su partido y a sus asesores para que mejores la comunicación. ¿Se atreverá alguno de ellos a decirle que no hay dirigente alguno en Occidente que lleve barba (en las dictaduras si…); que pierda aire con las eses, al hablar; y que tenga tan poco atractivo personal como él? Pues también estamos perdidos.

Otrosí. Cervantes revolviéndose en la tumba cada vez que Maleni Álvarez abre la bocaza y resulta que aquí crucificamos a Montserrat Nebrera. Tiene guasa el virus nacionalista que hace que Arenas le salte al cuello por meterse con el “andalú”. No había visto nunca tanta capacidad de reacción en este gran perdedor de elecciones en Andalucía que tiene el PP. El candidato “campeón”, que no se ha comido una rosca desde que se retiró Paul Anka, se sacude el pecho como un gorila porque Nebrera ha sido xenófoba con el acento “andalú”; en lugar de aprovechar él para arremeter contra la dislexia cotidiana que afecta a Manuel Chaves; o aprovechar para hacer pedagogía en su tierra y explicarle a los andaluces que la burla que merecen sus afirmaciones nada tiene que ver con el acento propio de los españoles de Andalucía, sino tal vez con el lingala, ese idioma que gusta a Moratinos.

Lo peor de Maleni no es su pronunciación. Es lo que dice, no como lo dice. Es que no hay mujer más borde en la península. Es desagradable, ofende cuando habla, dice gilipolleces y en lo único en lo que ha sido eficaz en es colocar a su marido al frente de una empresa pública que depende de Fomento (Emgrisa). Pero insisto, la política española ha decidido crucificar a Montse Nebrera.
¿Cómo se puede confiar en un país en el que se hace trampa hasta en las elecciones del Real Madrid? Son unos tramposos morrocotudos. Fíjense en el presidente disléxico andaluz que ha decidido empezar a subvencionar a los andaluces-as ya desde la más tierna infancia con 10.000 pelillas, para sus cosas, la disco, los pitis, alguna camiseta, los preservativos y/o en algunos casos unos “porretes”. C’est genial!

Cuanto antes entres en el círculo compra-votos de las subvenciones, mejor para todos. Estos jóvenes no se sentirán fracasados cuando les ofrezcan el tramposo PER, porque ya desde niños verán como naturales que lo público nos subvencione (¿O debería decir, nos compre?). Los que critican este sistema subvencionador porque acaba por anular la vitalidad de la sociedad andaluza deberían ser también acusados de xenófobos como la pobre Nebrera, por el apoyo del palmero de Arenas. Nos vamos al infierno…

Y en tiempos de crisis...

Vuelve el socialismo de siempre, el que nunca defrauda. El del déficit, el paro y, cómo no... La corruptela varia.

El mismo día en el que Solbes anuncia el retorno a las viejas cifras del felipismo, con un déficit cercano al 6% y un paro que en el primer trimestre del año podría alcanzar el 15%, resulta que nos enteramos de un caso de fondos reservados en Andalucía en el que estaría implicado hasta el propio Chaves.

Y en medio de este oscuro panorama los jueces se rebelan ante la precaria situación que vive la Administración de Justicia mientras Zapatero utiliza, de forma frívola, el conflicto entre Israel y Palestina con el único objetivo de extraer algún que otro voto, de nuevo, sacando el No a la Guerra a nuestras calles.

Gracias a la corrupción del socialismo y a la pasividad de nuestra oposición, España avanza imparable hacia un camino similar al de Italia, en el que la sociedad vive ajena a lo que ocurre en el mundo político mientras los políticos caminan de forma paralela a la sociedad en un intento por mantener su status.

Muy triste.